domingo, 12 de diciembre de 2010

Sobre mí...

Soy una persona interesante, con muchos valores y muchas virtudes, con muchas habilidades, capacidades y talentos, que he menospreciado y he infravalorado simplemente porque no me daba cuenta de ellos, o porque muchas personas que se topaban en mi camino presumían tanto de sus virtudes y de sus habilidades y talentos que me hacían sentir que los míos valían muy poco o nada al lado de los de esas personas.

He cometido el fatal error de permitir que la mirada del otro me cerrara caminos, me hiciera perder oportunidades, y, lo que es más triste y grave a la vez, me impidiera mostrarme tal cual soy.

Siempre suelo obrar buscando el bien no solo mío sino global, y agradar a los demás, no sólo por amabilidad, sino también, y aprovecho para reconocer públicamente y así cambiar, por temor al rechazo, y ese pequeño fallo, ese miedo, ha sido el camino que han encontrado algunas personas sin escrúpulos para llegar hasta mí y aprovecharse de mi buena voluntad, dejando de paso una huella de odio y dolor en mi alma. Es absurdo negar que pudieran conseguir eso sin ayuda, puesto que yo he tenido bastante que ver, yo he participado también dándoles un poder sobre mí que jamás habrían obtenido de no ser por mi miedo al rechazo.

He tenido la entereza de poner al final a esas personas donde les corresponde, pero a un alto precio, que no estoy dispuesto a seguir pagando, y es el de seguir contando con la opinión de los demás para caminar.

¿Hasta qué punto me importa la opinión de los demás si cuando más he necesitado a alguien a mi lado he estado solo?
¿Hasta qué punto puedo necesitar agradar a los demás o evitar el rechazo, si realmente me he demostrado a mí mismo de sobra y con eficiencia mi capacidad para poder enfrentarme a las peores situaciones de la vida a solas conmigo mismo?

Tengo todos los recursos suficientes y sobrados para que me resbale todo lo que los demás digan de mí.

Porque cuando necesite la ayuda de alguien sé que puedo contar con mi compañía aunque el resto del mundo me falle.

Tengo todos los recursos suficientes y sobrados para ser yo mismo, con sobrada autoestima, seguridad en mi mismo y confianza en mí mismo, optimismo, etc., aunque otros/as puedan sentirse cegados/as por mi luz o enfadados/as por haber brillado sin su permiso, o envidiosos/as de mis capacidades. Tengo plena consciencia de mi valía, aunque otros/as intenten echarla abajo presumiendo de sus propias capacidades y virtudes al tiempo que intentan hacerme creer que valen más que las mías.

Porque ahora soy consciente de que solo podrán ganar si me hacen creer que valen más que yo. Cuanto más intenten menospreciar mis habilidades, capacidades, aptitudes, actitudes, pensamientos, creencias, valores, y talentos, tanto más me estarán mostrando su baja autoestima y complejos de inseguridad e inferioridad, contribuyendo a reforzar mi valía ante ellos/as.

Ya solo busco agradar a quien me agrade realmente.

Solo busco justificarme, si es que necesito hacerlo, ante quien/es me importan realmente.

Quien me rechaza por como soy, no se merece formar parte de mi vida, y me está haciendo perder mi valioso tiempo estando en su compañía. ¿Por qué? Porque una persona que no me acepta como soy va a poner una serie de condiciones "sine qua non" que debo cumplir para que me acepte; solo me aceptará mientras las cumplo. Además, al percibir que puede tener un cierto poder sobre mí, pondrá cada vez más y más condiciones para aceptarme como soy. Me hará creer que solo esa persona me valora y me acepta como soy y que si no es por esa persona no me queda más que soledad, ansiedad, dolor, desamparo y desesperación, porque nadie más será capaz de ver cuánto valgo.

Conozco todos los síntomas, porque he conocido muchas personas ruines, mezquinas y desconsideradas que me han hecho sentir así. Y lo más triste es que yo se lo he permitido, por miedo...¿a qué? ¿A su rechazo? ¡¡pero si esas personas no estaban tampoco a mi lado cuando realmente las necesitaba, siempre buscaban una excusa para fallarme y encima ni podía nombrarles el asunto porque se enfadaban conmigo llamándome rencoroso y me acusaban de echarles en cara que no estuvieron cuando les necesité!!

Quien pone condiciones para aceptarme como soy me da la razón que necesito para expulsarles ipso facto de mi vida, porque me están avisando de que jamás estarán de forma amistosa y desinteresada, cuando realmente necesite de su compañía, apoyo, cariño y/o amistad.

Quien pone condiciones para aceptarme como soy solo merece mi ¡adiós! y que me vuelva sobre mis talones, expulsando a esa persona de mi vida para siempre y no gastar ni un segundo de mi vida más en explicaciones, en atenciones ni siquiera en rebatir sus opiniones o alcanzar un consenso, solo ignorarles y punto. Es absurdo gastar mi valioso tiempo en alguien que sé que jamás estará cuando le necesite.

Puedo caer mal. Sé vivir con ello. Ya no tengo necesidad de agradar a todo el mundo, me conformo con agradar y hacer feliz a las personas que me importan de verdad.

Puedo ser odiado. Sí. Podré dormir con ello, porque aunque yo procure siempre obrar de la forma más justa, generosa, compasiva y empática de que soy capaz, soy consciente de que no tengo ningún control ni poder sobre lo que otros puedan sentir por mí, y si alguien quiere odiarme a pesar de no tener ningún motivo real (por algún fallo mío, alguna mala acción cometida por mí, alguna mala palabra pronunciada por mí, etc.) que lo justifique, podré dormir tranquilo por la noche y sin el menor atisbo de culpabilidad.

Habrá quien me considere borde, pedante o enterado. ¿Y qué? Si la alternativa a que me consideren borde, prepotente y enterado es dejar de aprender, de crecer cada día como persona, confundir humildad con autohumillación y no responder a las provocaciones de los demás por miedo a que me consideren un "chulo de mierda prepotente", la elección es ya clara y contundente. Prefiero caer mal por tener una óptima autoestima, una personalidad brillante, un optimismo vital y una confianza y seguridad en mi mismo tan elevadas que dimanen de mi persona como un aura permanente.Prefiero arrollar con mi felicidad y autoestima desbordantes, que ser abordado y arrollado por la prepotencia y petulancia de quienes se sienten amenazados por mi persona y felicidad.

Solo tengo cabida en mi vida para las personas que me acepten como soy, el resto...que cojan puerta. Nunca me han hecho falta en mi vida, y nunca más me harán falta. No necesito ya su aprobación condicional.

No hay comentarios: